Como maestro o maestra de prescolar, usted y su aula establecen las primeras experiencias, conceptos y emociones que los niños asociarán con la palabra “colegio”. Sus niños provienen de una amplia variedad de hogares, familias y experiencias. Usted tiene una oportunidad para hacer que la visión que cada niño tiene del “colegio” sea positiva y cálida, con un entorno de aprendizaje de apoyo y seguridad.
Sus niños experimentarán muchas cosas por primera vez en el colegio. Como resultado, pueden aflorar varias emociones y sentimientos a lo largo del día. Hacer que los niños sepan que todos tenemos emociones y que manejarlas es parte de aprender les permitirá sentirse cómodos y seguros hablando acerca de cómo se sienten por dentro.
Uno de cada cuatro niños que van al colegio ha experimentado algún tipo de crisis. Aunque a veces hay señales, los maestros no siempre pueden estar conscientes del trauma experimentado por el niño o niña. Utilizar estrategias de clase informadas sobre el trauma le asegurará que tiene a su disposición prácticas regulares que apoyan a sus niños, independientemente de sus experiencias diarias. Estas prácticas sensibles al trauma mejorarán su gestión del salón de clases y ayudarán a sus alumnos a sentirse seguros física y emocionalmente en el colegio.
Proporcione consistencia y estructura.
Utilice círculos de restauración o una reunión matutina para tener una conversación abierta.
Proporcione diariamente instrucción, apoyo y práctica en el AES usando una historia, caricatura o actividad de Kiwi para reforzar el aprendizaje.
Sea sensible a las pistas, fechas y disparadores ambientales para alumnos específicos.
Advierta a los alumnos antes de cualquier desviación de una actividad normal.
Utilice con frecuencia descansos cerebrales (movimientos) y actividad física.
Utilice una actividad de chequeo diariamente con los alumnos. El Reloj de Kiwi es una forma excelente de que sus alumnos chequen cuando menos una vez al día, indicando sus emociones. Haga un seguimiento con una de las estrategias aprendidas para ayudarles a controlar sus emociones y proveerles una práctica extra.
Mantener la calma con el Rincón de la Calma de Kiwi: establezca un lugar seguro en el salón de clases donde los niños puedan ir para calmarse a sí mismos y reagruparse cuando sea necesario. En esta área, provea estímulos para ayudarles a recordar estrategias aprendidas a través de las historias y los muñecos de Kiwi para ayudarles a identificar sus sentimientos.
El Rincón de la Calma de Kiwi está diseñado para ser un lugar seguro donde los niños pueden apartarse del grupo para pasar tiempo reflexionando sobre sus emociones. No debe usarse como castigo, pero puede utilizarse como un lugar seguro para enfriarse, practicar la co-regulación con un maestro, las habilidades de autocontrol (respiración profunda, contar hasta 10, etc.), o solo un lugar callado para recuperarse.
Cree el Rincón de la Calma de Kiwi con el Afiche del rincón de la calma, los muñecos de Kiwi o el tapete si compró uno. Las claves visuales de Kiwi pueden ayudarle a guiar a los niños en la práctica de sus nuevas habilidades de autocontrol al calor del momento.
El Rincón de la Calma de Kiwi debe ser parte de su plan de gestión del salón de clases, como una intervención proactiva dentro del aula cuando surgen las emociones. Utilizar el Rincón de la Calma de Kiwi antes de que las emociones se salgan de control puede ayudarle a mantener un ambiente de clase agradable y positivo.
Piense en lo que acaba de leer mientras responde las siguientes preguntas.
Prepare su Rincón de calma de Kiwi. Tómele una fotografía y súbala aquí. Describa en palabras cómo piensa que este rincón beneficiará a sus alumnos.
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